No te imaginas las ganas que tenía de usar un título tan tonto como este. Aunque, si te paras un momento y lo vuelves a leer, verás que en esas dos palabras hay una carga de acción muy elevada. En la publicación anterior te decía que argumentar es presentar razones para defender o refutar una opinión. Y si abres el Diccionario de la lengua española, descubrirás que andar tiene hasta diecinueve definiciones relacionadas todas ella con el movimiento y la acción. Argumentar es eso: un proceso de acción. Un proceso que (como dice el profesor Owsald Ducrot) suele partir de una tesis o premisa, que es aquello que se quiere defender o refutar; un cuerpo argumentativo, que son los razonamientos que avalan o rebaten la tesis, y una conclusión, que como ya sabes, son la oportunidad de destacar la idea central de tu trabajo (nunca un resumen).
Las profesoras Margarida Bassols y Anna M. Torrent, en Modelos textuales. Teoría y práctica (Octaedro, 1997), hacen un estudio de los elementos que pueden formar las premisas o tesis:
- Hechos: resultado de una observación, que se tienen por posible y probables y se pueden aceptar como verdades universales.
- Verdades: producto de un conjunto de hechos.
- Presunciones: aquello que se cree como cierto sin necesidad de ser probado.
- Valores abstractos (justicia, igualdad…).
- Valores concretos (una persona, un país determinado…).
- Jerarquías: ya sean concretas (por ejemplo, un ecosistema), abstractas (por ejemplo, lo justo por encima de lo injusto) o cuantitativas (es mejor mucho de algo que…).
- Lugares: son premisas genéricas que representan una base para los valores y las jerarquías.
Miriam Álvarez, en Tipos de escrito II: exposición y argumentación (Arco/Libros, 1994), nos dice que hay tres tipos de argumentos que se suelen utilizar en el razonamiento o cuerpo argumentativo:
- Argumento de autoridad. Ya habrás deducido que son los que se sustentan en las opiniones, testimonios, etc., de personas consideradas expertas en la materia que corresponda (ojo, que no todo el que dice que es experto lo es, cada uno puede decir de sí mismo lo que quiera, que luego los hechos van llevando a cada cual a su lugar).
- Proverbios y refranes. Aunque te pueda parecer raro, y siempre en función del tipo de texto al que te enfrentes, no es raro que la defensa o refutación de una premisa se base en máximas que representan una tradición y que suelen tener una gran carga expresiva.
- El sentir general de la sociedad. En este caso, el objetivo es convencer al lector o al oyente apoyándose en lo que la sociedad opina, o lo que un grupo concreto piensa, valiéndose del principio de validación social (principios de influencia del profesor Robert Cialdini) que hace unas publicaciones te comenté: «¿Dónde va Vicente? Donde va la gente».
En Modelos textuales, Bassols y Torrent profundizan en la construcción de los argumentos como un juego entre pares que se establecen por asociación, disociación o por los llamados seudoargumentos (de estos no te voy a contar nada más que son trucos como la reducción al absurdo: «si no gano yo…» e introduzco una serie de inconvenientes que se supone que vendrán si no gano; el uso de las tautologías: «el hombre es el hombre»; la ironía, etc. No los uses, no aportan valor real a tu razonamiento).
- Por asociación: argumentos causales (relación entre un hecho y su efecto, por ejemplo), pragmáticos/prácticos (el éxito como un objetivo válido), los que relacionan fines y medios (hacen de un medio un fin, o viceversa), aquellos que se plantean como resultado de la inercia (continuismo basado en eso de que si funciona para qué cambiarlo) o de las personas (identifica el valor de un hecho con una persona con nombre y apellido).
- Por disociación: son los que se basan en pares antagónicos: objetivo/subjetivo, individual/grupal, legal/ilegal, etc.
Sobre las conclusiones solo puedo remitirte a la publicación del 8 de enero de este año bisiesto. Allí te conté qué son y qué no son, qué se espera de unas buenas conclusiones…
Bueno, espera, que sí te voy a decir algo nuevo y relevante sobre las conclusiones: a veces pueden establecer una nueva tesis o premisa.
En la siguiente entrada voy a hablaros más sobre los textos argumentativos. Poneos cómodos…