Es indiscutible que escribes para que te lean personas. Las personas, por muy racionales que sean, a la hora de tomar decisiones, se ven influenciadas por los sentimientos, las sensaciones, los «me da a mí que…», los «esto me huele a…» y tantas otras expresiones con las que se inician las argumentaciones en defensa de una decisión. El ser humano es emoción, aunque intenten arrebatarnos esa capacidad de sentir y quieran que actuemos como autómatas. Es cierto que hay decisiones que se deben tomar por motivos racionales: me interesa esta hipoteca más que esta otra porque los intereses son más bajos (ojalá), este trabajo me permitirá desarrollar…, este coche me gusta más, pero vamos a tener trillizos… Sin embargo, por lo general, pruebas el guiso que tienes en el fuego para ver si tiene el punto de sal y cocción que tú prefieres, ojeas en la librería una novela para valorar si es de las que te pueden gustar, intentas leer el índice y la introducción de un libro antes de comprarlo para hacerte una idea de cómo será el contenido…
El lector te va a permitir persuadirlo y conquistarlo, va a dejar que despiertes sus emociones. ¿Quién te da tantas facilidades para llegar a su corazón? Sin motivos ocultos en beneficio propio, pues, tus padres y tus abuelos.
Aprovecha la buena voluntad que el lector pone sobre la mesa.
¿Qué herramientas tienes a tu alcance? No son pocas; solo tienes que aprender a utilizarlas, combinarlas a la perfección y conseguir moverte como pez en el agua haciendo malabares con ellas:
- Credibilidad. Demuestra que eres competente en el campo que te mueves (esto conlleva esfuerzo, sí, nadie da duros a pesetas) y muestra tu escrito cargado de sinceridad (¿cuántas veces te he dicho que mentir está feo?).
- Deja claro que sabes de lo que hablas, que tienes experiencia o estás trabajando en tenerla; y también que sigues aprendiendo, porque nadie lo sabe todo, que sigues sorprendiéndote.
- Escribe de forma clara y fluida. Te hablé sobre ello algunas publicaciones atrás: frases no muy largas, lenguaje claro y comprensible, no te metas en charcos…
- Si tu trabajo se basa en fuentes bibliográficas, sigue a los que mayor credibilidad han demostrado.
- No avasalles con tu mensaje, a nadie le suele gustar que le vendan la moto sin descanso, deja que el lector tenga un margen de decisión.
- Ten claro el mensaje que quieres transmitir. Por lo general, estos se agrupan en racionales o emocionales (con miles de subdivisiones y matices).
- Escoge con minuciosa atención tus argumentos, ni más ni menos que los que son necesarios. Sí, sigue necesitando que le dediques tiempo. Incide sobre aquello que es más deseable que ocurra para la sociedad de la que formas parte siempre que sea posible.
- Si tienes que apoyar tu mensaje con datos, estadísticas, estudios, etc., ofrece información relacionada y que aporte valor (no hace falta rellenar quince páginas con gráficos que no sirven para nada).
- Valora la utilidad de exponer tu idea y hablar también de la contraria. Unas veces sumará y otras restará hacerlo, tienes que ser capaz de concluir lo que es mejor para tu proyecto.
- ¿Te interesa persuadir basándote en el miedo o la amenaza? Un punto peliagudo que se merece una publicación propia, la siguiente. Como adelanto, algo muy cercano: la covid-19 y la gestión basada en el miedo.
- Esfuérzate en escribir una conclusión que te haga inolvidable. Tienes una entrada (hace unas cuantas semanas) dedicada a las conclusiones.
Por suerte y por desgracia, la actitud del receptor ante tu trabajo tiene mucha importancia. Aunque tú quieras persuadir a alguien, ese alguien no va a caer rendido ante tu arte. No, no va a pasar. Factores como la atención, la capacidad de retención o la propia aceptación inicial (antes de empezar a leerte), la implicación e interés en el tema, entre otros, van a ser determinantes en tu éxito persuasivo. Además, tienes que tener en cuenta que el ser humano experimentado está un poquito quemado con los bulos interesados científicos; con las novelas que llevan una gran promoción a sus espaldas, pero al final no terminan de responder a las expectativas personales; con las noticias falsas que no le dejan vivir; con los discursos políticos que solo buscan resultados electorales y de lo prometido nada…, así que, una parte de tu audiencia ya tiene callo y no va a ser permeable a tus buenas intenciones de llegar a su corazón con una investigación novedosa que hará historia, una obra literaria que le va a dejar temblando, ni con nada de nada. Ánimo, hasta la roca más dura sufre erosión…
En la siguiente entrada voy a hablaros más sobre la comunicación persuasiva. Poneos cómodos…