¿Qué son las conclusiones? Las conclusiones son el momento de destacar, por última vez en el libro, la idea central de la obra. ¿Qué no son las conclusiones? Las conclusiones no son un resumen de todo lo que has contado en las páginas previas.
Y toda la información que has utilizado para dar forma al manuscrito, ¿qué haces con ella en las conclusiones?: olvídate de la información que has utilizado para argumentar el camino, por muy importante que sea, no es la idea central. ¿Cómo que me olvide de la argumentación? ¿No puedo utilizarla para apoyarme en la redacción? —me preguntarás—. Sí, puedes y debes usarla, pero como si se tratara de un trampolín, para coger impulso, no como un cómodo y confortable sofá.
En las conclusiones, puede haber dos niveles: la idea central por la que has escrito el libro y las conclusiones dependientes de la primera que se desprenden de esa información adicional que has necesitado para defender tu tesis. En ningún caso debes repetir aquí lo que has desarrollado allí, ni siquiera debes hacer un resumen de aquello. Aquí te toca echar el resto y hacer una exposición:
- que demuestre que sabes de lo que has hablado,
- que tienes vocabulario para reformular,
- que eres capaz de captar la atención del lector al final del libro con luces de neón sobre la idea central,
- que tienes una opinión al respecto (esperemos que sea acorde a lo que has desarrollado a lo largo del libro…),
- que no tienes miedo a haber dejado preguntas sin responder porque todavía no existe esa respuesta (es más, si estás escribiendo un texto científico, de cualquier área, tal vez quieras abrir la puerta a nuevas investigaciones relacionadas con un momento concreto de tu trabajo, o hayas descubierto que hay aspectos que se podrían estudiar desde un punto de vista diferente al tradicional, o puede que hayas descubierto un vacío en la investigación de alguna cuestión…), puede que ni siquiera exista esa pregunta hasta que tú la formules,
- que sabes explicarte sin dejar en el aire nada de lo que incluyes en este cierre y sin generar confusión al lector,
- que sabes ofrecerle recursos para que siga informándose sobre el tema y sacando sus propias conclusiones: reta a los lectores con una pregunta a la que no vas a responder para que sigan buscando información.
Las conclusiones deben respetar el tono que hayas utilizado en el resto del texto, con mayor claridad si cabe, como hiciste en la introducción: de manera concisa y concreta, sin redundancias.
Por encima de todo, no aportes nueva información en las conclusiones: no es el momento para sorprender con novedades, esta deben tener su espacio en el desarrollo previo del trabajo; y no tires piedras sobre tu propio tejado: no infravalores tu exposición diciendo que hay otras opiniones y enfoques sobre el tema que has tratado, tampoco es positivo que si has utilizado varios enfoques de estudio sobre el tema central no te muestres partidario de uno de ellos (el lector ha confiado en ti y en tu trabajo, no le ofrezcas solo una serie de posibles vías de toma de decisión, cuéntale cuál es tu postura personal o profesional y explica por qué).
Piensa en las conclusiones como el momento ideal para:
- Repasar todo lo que has aportado en el cuerpo central del libro.
- Esquematizar las ideas que has ido aportando y crear un mapa conceptual con ellas y con la información más destacable.
- Dar utilidad, para el lector, a la idea central de este trabajo.
Una pregunta muy frecuente es ¿cuánto deben ocupar las conclusiones? No hay una única respuesta, excepto: depende. Depende, por ejemplo, de:
- el tipo de escrito,
- la propia dimensión del trabajo,
- la cantidad de argumentaciones que hayas utilizado a lo largo del libro,
- la propia temática.
Una idea para que le des una vuelta: unas líneas más arriba te he propuesto esquematizar y crear un mapa conceptual con las ideas que tratas en tu proyecto, ¿qué te parece si añades a tu libro un pequeño mapa conceptual al principio o al final de cada capítulo, y uno global al principio o final del conjunto de la obra? ¿Crees que puede aportar mayor claridad al lector?
Un último aspecto sobre las conclusiones. Podemos encontrar libros en los que al final de cada capítulo se incluye un apartado al que llaman «Conclusiones»; en muchos de estos casos no se trata de conclusiones sino de un resumen, un recopilatorio de las ideas tratadas o de los puntos más relevantes, pero no unas conclusiones hechas y derechas. Puedes incluir ese pequeño apartado al final de cada capítulo para destacar lo más importante, pero no lo llames «Conclusiones», busca otra opción: resumen del capítulo, el capítulo en esquema, mapa conceptual del capítulo, ideas principales del capítulo… Un título que se corresponda con el contenido del apartado.
En la siguiente entrada voy a hablaros sobre por qué el corrector no debe destrozar el estilo del autor. Poneos cómodos…