¿Qué es un lector cero o beta? Vamos a verlo desde dos perspectivas:
- lector cero profesional y
- amigo/colaborador de confianza que acepta leer tu texto para darte su opinión.
Un lector cero profesional te va a costar dinero (a todos nos gusta que nos paguen por nuestro trabajo, ¿verdad?). Será un dinero muy bien invertido. Te ofrecerá unas tarifas (cada lector las calibra en función de diferentes criterios o varios de ellos: temática, dimensiones del escrito, urgencia del trabajo, etc.) y un plazo. Elige la opción que más se adapte a tus necesidades (económicas, impresión que has tenido cuando ha respondido al correo electrónico en el que le pedías información, o a tu llamada, tiempo o rapidez de respuesta, referencias que te hayan podido dar…) y confía en su saber hacer.
En términos generales, esta persona te va a entregar un informe de su trabajo en el que recoja aspectos como:
- ¿Cuál es el tema central del manuscrito? Puede que tú tengas en mente haber escrito centrándote en X, y que el resultado final esté más centrado en Y. Gracias al lector cero conoces el problema a tiempo.
- La estructura que ha detectado. Si esto discrepa de la que tú has construido, o tienes un problema importante, o lo tiene el lector, pero no es normal que esta información sea muy alejada de la que tú has seguido.
- Facilidad de lectura, es decir, si el texto permite adoptar un ritmo de lectura uniforme, si hay momentos en los que ese ritmo se rompe y por qué ocurre (esto puede ser normal e incluso intencionado por tu parte o te puede desvelar un problema a subsanar en la revisión).
- Errores de bulto. Si se trata de una obra técnica, puede que necesites un lector cero especializado, o no: dependerá del público al que quieras dirigir tu trabajo: muy especializado, busca un lector cero experto en esa área; público en general, no necesitarás un lector beta especialista en la temática, sino uno que te aporte información sobre lo fácil que ha sido leer y entender, dónde se ha perdido, qué le ha hecho perder atención… Si se trata de una novela, puede decirte que ha detectado desajustes en la trama, en los tiempos de desarrollo de la historia, vacíos de algunos personajes que ve necesarios llenar, etc.
Lo más importante, desde mi punto de vista, es que el contenido del informe (que puedes y debes preguntar de antemano qué incluirá y permitirte hacer peticiones sobre aspectos concretos de tu trabajo, y que esta persona no pondrá objeciones en incluir, salvo que le pidas que te estructure la bibliografía siguiendo la nomenclatura Harvard…), esté justificado, es decir, que si te dice que un personaje no tiene sentido, te argumente por qué no lo tiene; que si te dice que el capítulo 7 se te ha ido de madre y necesitas dividirlo en dos, y el segundo complementarlo con la información del punto 3 del capítulo 10 y el resto de la información del capítulo 10 debes dividirla entre el apartado 2.1.2 y el 6.2.1, pues que te explique por qué para que tú puedas decidir qué hacer.
En resumen, el lector cero o beta profesional está ahí para imprimar (sí, imprimar, no imprimir) de profesionalidad tu trabajo. No quiero decir que tu tarea no lo haya sido hasta este momento, pero lo ha sido desde tu perspectiva y no desde los ojos y juicio literario de un profesional. Su trabajo es muy importante, si no, no habrías contratado a esta persona.
Pero ¿y si tu elección es contar con una persona, o un grupo no muy numeroso de personas, que son tus amigos o colaboradores de profesión en los que confías y aceptan leerse tu manuscrito? Ese amigo/colaborador de confianza no es profesional de la lectura, te está haciendo un favor, así que reconóceselo, como mínimo, dale las gracias en el apartado de agradecimientos y regálale un ejemplar del libro dedicado. La información que te va a aportar no va a ser tan estructurada, dirigida o centrada en los aspectos que tú consideras esenciales (puedes pedir que preste atención a un aspecto u otro de la obra, pero puede que no aprecie nada de lo que tú esperas que te responda), lo cual no quiere decir que su labor sea intrascendente, ni de lejos, sus opiniones, juicios, comentarios…, te van a aportar mucha y buena información.
Ten en cuenta que este tipo de lector cero no va a querer herir tus sentimientos, por mucho que le pidas honestidad, la va a cubrir de cariño (bueno, según el tipo de amigos o colaboradores que tengas, pero hasta yo, que soy un poco borde, tengo cuidado en estas cuestiones…), así que tendrás que hacer un lavado de cera inicial a sus comentarios y dejar al descubierto la información útil: qué les ha parecido, si se han sentido cómodos leyéndolo, si en algún punto de la obra se han perdido y no han entendido nada: te dirán que es por su culpa, porque no dominan la materia, pero si, por ejemplo, se trata de una obra técnica generalista, ya tienes una pista: no es tan generalista como pensabas y el problema que ha tenido esa persona puede tenerlo otra u otras muchas (porque tu trabajo lo va a leer una cantidad de gente inconmensurable). Ya ves, su lectura también es muy importante para el resultado final.
Caso aparte, son esos lectores cero con un don innato que, aunque no son estrictamente profesionales, hacen un trabajo de lujo. Es el caso de mi lectora cero. Eli hace una lectura seria y profesional de cada texto y me aporta una serie de información e ideas alternativas, complementarias y siempre enriquecedoras; creo que tenemos la suficiente confianza como para que me dé una inflexible colleja de atención entre risas y cariño. A estas personas hay que cuidarlas con más mimo todavía, porque te ayudan y te hacen sonreír con un sencillo comentario al margen.
¡Ojo! No confundáis el trabajo e información que se desprende de una lectura cero con los informes de lectura. Es muy fácil cruzar la línea que los diferencia, pero son tareas diferentes con finalidades diferentes. El informe de lectura, tradicionalmente, ha sido una herramienta de valoración adicional para los editores que trabajan con o para editoriales; no obstante, como los tiempos cambian, en la actualidad muchos autores independientes quieren tener un informe de lectura sobre su obra, por varios motivos:
- El informe de lectura incluye información y datos que pueden avalar y recomendar la publicación de ese manuscrito en un tipo concreto de editorial o línea editorial (ya tienen información para buscar posibles editoriales interesadas en su manuscrito). Hay autores que cuando presentan un manuscrito a una editorial, lo acompañan de ese informe de lectura firmado por el profesional que lo ha realizado (la editorial podrá constatar en Internet que quien ha realizado ese trabajo se dedica profesionalmente a ello).
- Van a aportar una valoración literaria y comercial, sugerencias, incluso un breve análisis lingüístico. Esta información vale su precio.
Qué puede contener un informe de lectura tipo (aunque es modificable y siempre mejorable: la editorial o el autor pueden pedir algo más concreto, eliminar algo de esta enumeración, pedir incluir otro aspecto…):
- Datos generales: título, autor, género, dimensión, si contiene ilustraciones/imágenes, estructura formal, público objetivo en función de esta información genérica.
- Opinión general: personalmente lo llamo «Sensación» porque, aunque doy una información objetiva, dejo que mi percepción tenga un poco de peso. Por ejemplo, en el caso de una novela: El capítulo X me ha llevado a tal película y he terminado encontrado demasiadas similitudes; Con la descripción de la página X sobre fulanita, me deja muy fría; hay un exceso de adjetivos que al final me distraen de la lectura…
- Síntesis del argumento. (Esta síntesis no suele ser válida para la contraportada del libro, no tiene un matiz comercial añadido, aunque pueden pedirte que redactes una síntesis con esta característica).
- Temas tratados.
- Breve análisis lingüístico y literario: tipo de vocabulario, tono del lenguaje, problemas de puntuación, comentarios sobre personajes, tiempo de desarrollo de la trama…
- Valoración literaria y valoración comercial. La persona que hace este informe descubre aquí si tiene conocimiento o no de la realidad literaria y editorial del momento, e incluso puede hablar de riesgos…
- Sugerencias de mejora. En mi caso, en el manuscrito voy dejando comentarios, a los que remito en este apartado del informe, e incluyo aquí aquellas cuestiones que no se pueden vincular a un momento concreto del escrito porque afectan a toda la obra, y aquellas que necesitan un desarrollo y argumentación más trabajada que podría perderse en un comentario en el manuscrito.
Escribir requiere esfuerzo y dedicación; pararse, pensar y tomar decisiones; redactar diez folios, revisarlos y dejarlos en tres…
En la siguiente entrada voy a hablaros sobre la introducción. Poneos cómodos…