Soy Irene Muñoz Serrulla y trabajo como correctora, traductora y también hago tareas de editing. El trabajo de un corrector editorial no consiste en cambiar por cambiar expresiones, palabras, puntuación… (aunque a veces el diablillo en nuestra cabeza nos diga «Quita esa línea de texto, si no se va a notar»); el trabajo comienza con un acercamiento al texto, los perros lo harían olisqueando, nosotros casi, pero preferimos usar la vista; entender el tipo de mensaje; valorar lo que tenemos entre manos; intentar entender el estilo de la persona que lo ha escrito; evaluar el grado de variaciones que tendremos que hacer; consultar con la editorial o el autor si hay indicaciones previas al trabajo (manías de escritor que tenemos que respetar, normas de estilo de la editorial…); preparar el material de apoyo (físico, en línea o cerebral) y empezar a trabajar.
¿En qué consiste la corrección ortotipográfica?
Es la revisión más básica de las que yo ofrezco. Consiste en aplicar las normas que la RAE y el sentido común idiomático dictan: subsanar errores gramaticales, ortográficos, de puntuación y una unificación tipográfica en el uso de tipografías regulares, cursivas, preferencia de uso en los signos de puntuación acumulativos (comillas, guiones…). Este tipo de corrección es (o debería ser) imprescindible en cualquier texto.
¿Y la corrección de estilo?
Bajo ningún concepto voy a cambiar tu estilo de escritura o voy a reescribir el texto (esto último solo lo haré en aquellos extractos que sea necesario para mejorar la comprensión). La corrección de estilo es una corrección ortotipográfica y además: eliminar vicios (muletillas); corregir imprecisiones en el vocabulario utilizado; eliminar inconsistencias lingüísticas (concordancia en género o número, uso de tiempos verbales…); mejorar la fluidez del texto (uso de conectores, luchar contra los malos hábitos adquiridos y adoptados, por ejemplo, de otras lenguas). Es decir, pulir más en profundidad tu texto.
¿Qué es el editing?
En pocas palabras… es la madre del cordero.
Consiste en un trabajo mucho más profundo que los mencionados anteriormente. Comienza con una lectura de aproximación al texto en la que ya se detectan las posibles incoherencias en la trama, en los personajes, en el tiempo de desarrollo del escrito… hasta en el ritmo. Un paso previo es el que hace un lector editorial, que detecta esta serie de problemas y ofrece posibles soluciones, sin concretar, para mejorar el manuscrito. La persona que realiza el editing tiene que tomar esas decisiones y trabajar a favor del texto. Este trabajo, en un mundo ideal, se realizaría codo con codo con la persona que lo haya escrito; la realidad en muchos casos obliga a realizar un trabajo en soledad (no absoluta) y a desarrollar una empatía enorme con el texto y la mano que lo creó; tomar decisiones en firme cuando sea necesario y dejar la última palabra a esa mano creadora cuando, de nuevo, sea necesario.
Traducciones
Traducir no solo es traer un texto de una lengua origen (inglés si me ciño a mi oferta de servicios) a la lengua destino (en mi caso, español). Es eso, sí, pero comprendiendo el mensaje origen (contexto, circunstancias específicas…) y conociendo la lengua destino para intentar adaptarlo de la manera más natural y sencilla posible. No es fácil. Hay varias herramientas que nos pueden ayudar en este trabajo, pero al final el conocimiento de las lenguas origen y destino, y el respeto por el original y por el lector tienen que cerrar el trabajo de la mejor manera posible.
irenems@ims-correcciondeestilos.es